20161223

No merecen que les felicitemos la Navidad. Pablo Mosquera Mata

Coido que o que reproduzo a continuación vai na liña do que pensa moita xente. Aínda que 'a esperanza é o último que se perde', parece que vai na liña da desesperanza, cando o que fai é expresar algo que se pode constatar. Pero, son tantas cousas...
No merecen los del PP que les vuelvan a dar confianzas en forma de votos y escaños. Tengo serias dudas, no ya sobre si han escarmentado en cuanto a soberbia y corrupción, es que han llegado a una perversa conclusión sobre la escasa duración de la memoria histórica en este país.
No merecen los de Cs que sus esfuerzos por darle un gobierno a España, lo estén pagando, tanto por la falta de cumplimiento del PP, como por la dificultad para explicar convincentemente, a la sociedad, cual es su espacio y su utilidad.
No merecen los del PSOE que llevan años militando en la base, a una banda de aprovechados como los que se han situado en el "machito" y pondrán a Susana, o vaya usted a saber a quien, con tal de seguir subidos en el rabo del cerdito del tío vivo.
No merecen los de PODEMOS que sus bases procedentes de las calles y plazas de España, se encuentren con métodos persuasivos propios de hace cien años, cuando a los dirigentes incómodos se les purgaba en nombre de la revolución.
No merecen los pensionistas, con más de cuarenta años cotizando a la Seguridad Social, a estas alturas de una vida, echar sobre sus cansado hombros, no sólo la preocupación del mercado laboral que sufren sus hijos y nietos, también la inseguridad del sistema que garantiza el futuro inmediato de sus pensiones.
No merecen los ciudadanos que viven toreando un sueldo o una pensión que tributa IRPF, que la Hacienda de todos, permita privilegios y golferías, que luego son objeto de amnistías, o "arreglos" como los que sabemos se están dando en el mundo del futbol de élite, que por cierto, era hora que se convirtiera en objetivo de la Agencia Tributaria.
No merecen los funcionarios de carrera, que han hecho oposiciones y sacrificios económicos durante la crisis, el trato de usía que reciben en sueldo, prestaciones de toda índole, seguros, dietas, exenciones varias, la casta de los políticos, que en muchos casos no saben hacer una o con un canuto, salvo rendir pleitesías a la cúspide del partido, acertando quién ganará en cada una de las crisis que son parte necesaria en el ciclo vital de tales organizaciones, que hace tiempo dejaron de representar al pueblo, para representar sus propios y bastardos intereses.
No merecen las personas mayores que se les arrincone en centros de ancianos, dónde son atendidos por empresas que han convertido el envejecimiento en un mercado, mientras las familias crean un mundo en el que sólo tienen cabida los fuertes.
No merecen ustedes y yo mismo, esta Europa de mercaderes y prestamistas, que nos han engañado con promesas de ciudadanía compartida. 
O próximo ano... que cambiará? Presionarás e axudarás a que cambie? No sentido de expectativa (e tirón de orellas) vai a postal de Nadal do IES de Ribadeo Dionisio Gamallo:

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