20180810

Desde aquellas sirenas hasta A Maruxaina. Pablo Mosquera


Recomiendo zambullirse en la obra de Luís Seoane. Miembro del grupo Os Renovadores, trabajando para una cultura gallega que recupere los valores éticos y estéticos, como instrumento que permita construir a "un hombre nuevo", para una Galicia ideal, dónde la democracia fuese la base de la política. De esta etapa es una ilustración con tintes lúdicos, fantásticos e imaginativos: "La Sirena pescada".
En 1948 Pablo Picasso acude al Congreso de intelectuales que se celebra en Breslau, y tiene la ocurrencia de dibujar en una pared de los apartamentos dónde reside, "la Sirena de Varsovia". Mi amigo y artista plástico Xavier Magalhaes, discípulo de Laxeiro, me cuenta como Laxeiro y Urbano Lugrís, compartieron bohemia en Vigo. Lugrís situaba a su amigo en tierra firme: "es un terrícola tocador de flauta". Ambos buscan la mar, las sirenas que se bañan en las múltiples y hermosas islas, desde la Torre de Hércules hasta las mágicas Cíes. De las diferentes recreaciones sobre el mundo subacuático de las sirenas, me quedo con La Sirena de Waterhouse, que atesora la sublime belleza que nos dejó el artista nacido en Roma en 1849, aunque totalmente influido por el neoclasicismo vitoriano propio de aquel Londres entre dos siglos.
Me pasa como cuando trato de repasar a los escritores que hicieron ensayos sobre El Quijote. Casi rozo el infinito...
Por eso, cuando le contaba a mi amigo Juan Queralt la leyenda de A Maruxaina, me escuchaba con aquella elegancia y serenidad más propia para caballeros del Siglo de Oro, y a continuación me convencía sobre que A Maruxaina, podía y debía ser nuestra Dulcinea. Y es que se imaginaba a un caballero cabalgando por las hermosas playas de A Mariña, para desfacer agravios, enderezar entuertos y proteger doncellas, y todo para honrar a la hermosa Sirena que se baña en El Escaramelado de Los Trileucos.
Muchas veces en la historia de la humanidad, para avanzar, antes hubo que retroceder. Creo que algo así, con todo acierto, pretenden mis amigos del Concello de Cervo. ¡Que la suerte les acompañe!, pues la razón, la tienen...
Una vez más, para superar a la Edad Media, con sus pestes y desolaciones, y adentrarse en el Renacimiento, hubo que regresar al Mundo Antiguo. Allí estaba la cultura que se había refugiado en los Monasterios.

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