20161006

Quen ganou? Artigo de Pablo Mosquera


¿Quién ha ganado?
Como en el anuncio. ¡Depende!. Como en la canción. ¿De qué depende?. De los beneficios o perjuicios que nos toquen en consecuencia con la administración del poder popular otorgado -prestado- a los representantes en el Parlamento de Galicia.
¿Tiene suficiente representación A Mariña en la Cámara Legislativa ubicada en Compostela?. ¡Depende!. No es cuestión de número. Es cuestión de voluntad y sobre todo de respeto al territorio y sus habitantes. Pero para ello resulta imprescindible reflexionar sobre las relaciones entre sociedad civil y el espacio para la política.
Tras conocer los resultados del voto en las urnas, me di un paseo por algunos de los lugares emblemáticos en las demandas de la sociedad civil, los que votan y los que no votan, los que lo hacen con una papeleta o con otra, da lo mismo, se trata de hacer uso de las excelencias del sistema democrático -votar y promover la continuidad o la alternancia- Descubro las máquinas -paradas y muy a la vista- de la "eterna" obra para adecuar una vía de comunicación terrestre entre Viveiro y San Ciprián. Descubro el ambiente de ¡completo! en el Hospital da Costa. Eterna promesa de unos y otros sobre ampliación, plan funcional, gestión descentralizada, soluciones para las esperas, virguerías para poder aparcar, declaración de Hospital General o Comarcal a las órdenes del HULA y sus colaboradores -Polusa y Ojos Grandes- Por cierto, ¡preciosa la maqueta ubicada en el hall de entrada!.
Me voy a escuchar a mis amigos de Celeiro. Indignados con la política pesquera. Mientras los boniteros españoles han tenido una mala campaña, los franceses aprovechan nuestros errores y se forran. Reparo en la cantidad de esqueletos de cemento que dejó la explosión de la burbuja inmobiliaria. ¿se van a quedar ahí compitiendo con nuestro románico?.
Casi no me atrevo a pronunciar el nombre. ALCOA. ¡Cuidado con lo que dices!. Ya no se trata de evitar el legítimo derecho a usar el dique norte. Ya no se trata de saber porque el Presidente en funciones del Gobierno de España, se olvidó, en su estancia por San Ciprián, de tranquilizar a los que miran la actividad de la factoría aluminera. Es que hay miedo. Por eso, la sociedad civil de esta Mariña, ni se ha dado por enterada de la condena judicial a la factoría, por vertidos de flúor. ¿ALCOA contamina?. ¿En el proceso de transformación de la bauxita en aluminio se producen vertidos de flúor, cadmio y cromo?. ¿Qué efectos tienen sobre la salud de los habitantes del territorio?. ¿Cuántos escapes de sosa se han producido en este último ejercicio?. ¿Porqué se hacen seminarios -que me parece muy bien- para prevención de riesgos laborales, y no se explica qué medidas se toman para controlar los vertidos?. ¿Qué pasa con los lodos rojos?. Cuando hago mis frecuentes viajes desde Morás a Portocelo, siempre descubro una balsa (?) repleta que me hace recordar lo que sucedió en Hungría.
Uno de los episodios más indignantes de la oprobiosa, tenía lugar cada primero de mayo. Los trabajadores de las diferentes regiones de aquella España cañí, iban en autobuses, con bocatas, a bailar en el Santiago Bernabéu en señal de adhesión inquebrantable a sus excelencias. Muchos mítines de las campañas electorales me traen a la memoria tal espectáculo de sumisión e indignidad por parte de la sociedad civil en un Estado Constitucional que garantice los derechos fundamentales y sociales en cada territorio-circunscripción electoral. Es decir, están obligados como representantes de los ciudadanos, muy por encima de la perversa disciplina al partido político. 
 

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