20090725

tormenta toponímica sobre a ría de Ribadeo

(artigo publicado en 'La Comarca del Eo' de 20090725 por Victor Moro)

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Firma: VÍCTOR MORO

Toponomicidio

PASARON varias décadas desde que algunas personas del occidente asturiano y sus municipios ribereños con la ría de Ribadeo pusieron en circulación un nuevo topónimo, que difundieron con amplitud en todas sus comunicaciones y propaganda turística con especial proyección en las páginas de Internet, ante la pasividad y laxitud oficial ribadense. Así surgió lo de «ría del Eo», que alcanzó fortuna en mapas erróneos y medios de comunicación y fue acogido calurosamente por el Gobierno del Principado, que ahora pretende oficializarlo, incluyéndolo en la toponimia de Vegadeo y Castropol.

Quien siga la cartografía española a través de los siglos y las cartas náuticas vigentes, conoce que la denominación geográfica legal, histórica y consuetudinaria del estuario que acoge al río Eo no es otro que el de ría de Ribadeo, ría que, como todas las de España, toma el nombre de la población más importante de su litoral. Pretender modificarla por un capricho provinciano no es posible legalmente, pues las facultades sobre toponimia transferidas a las comunidades autónomas alcanzan solamente al uso de la lengua vernácula cuando es aplicable, que no es el caso.

Al Gobierno gallego le corresponde la defensa de los derechos históricos de Ribadeo y no dudamos que lo hará previo dictamen de su Comisión de Toponimia, que cuenta con toda clase de antecedentes para confirmar, de una vez por todas, mediante comunicado oficial público, que la denominación correcta y única es ría de Ribadeo, oponiéndose, por infundada, a la pretensión asturiana.

Es lamentable que las relaciones entre ambos gobiernos autónomos se vean entorpecidas por estas diferencias pueriles. Bastante tienen con ocuparse de acciones conjuntas a favor del desarrollo social y económico de ambos territorios. Para eso sí que deben unir esfuerzos y abandonar guerritas idiomáticas estériles. Las comarcas asturianas del occidente hablan gallego. Si se quiere, un gallego con variantes y modismos propios, pero esencialmente gallego. Mas si a juicio del Gobierno asturiano es necesario yugular esta contaminación lingüística, pueden montar ikastolas para imponer el bable-astur. Con la inmersión de unas cuantas generaciones, problema resuelto.

La Voz de Galicia, 26/04/2005

tribuna libre

Falta sensatez en la ría de Ribadeo

VÍCTOR MORO

El semanario La Comarca del Eo, continuador de las tempranas publicaciones periódicas de la villa que se remontan al siglo XIX y que alcanzaron en su día el decanato de la prensa provincial y el vicedecanato de la española, sigue manteniéndome en contacto con mi patria ribadense. Bien es cierto que nuestro actual semanario no alcanza ni en continente ni en contenido a las publicaciones pretéritas, siguiendo así el tono crepuscular que caracteriza el devenir cultural, administrativo y político de la villa en franca pérdida de identidad, agobiada por un urbanismo desaforado falto de ordenación y transparencia que alcanza no sólo al núcleo urbano sino también a sus más hermosos parajes naturales, ría incluida. Todo sucumbe ante el progreso incontrolado y amenazador.

Ninguna otra villa gallega de sus características ha perdido tanto nivel funcional, administrativo y político como Ribadeo. En los años cuarenta tenía dos hospitales privados y cirujanos prestigiosos a donde acudían pacientes de los municipios gallegos y asturianos circundantes. Hoy no cuenta con la más mínima dotación hospitalaria e incluso carece de especialidades fundamentales. Su rango marítimo descendió al desaparecer la Comandancia de Marina y de poco sirve su creciente tráfico portuario con Aduana Principal de la Provincia, último vestigio de la Comandancia de Carabineros fulminada en 1936. La sección de Tráfico de la Guardia Civil también fue trasladada. El Juzgado de Instrucción fue eliminado y judicialmente depende de Mondoñedo, a donde se ha de acudir no sólo para dirimir pleitos, sino para rezar en penitencia por tanto abandono?

En esta sucesión de marginaciones se anuncia ahora la posibilidad de cambiar la toponimia de la ría por decisión del Gobierno asturiano, que pretende sustituir el substantivo Ribadeo, referido a la villa más importante de su ribera, por el de Eo, en alusión al río que en Vegadeo (antes Vega de Ribadeo) allí desemboca, olvidándose del Suarón, del arroyo de Berbesa que lo hace en la hermosa ensenada de La Linera o del Grande en Reme o de los regatos que bajan a las Aceñas o a la Villavieja desde Ove. Si de ríos se trata, por análoga incongruencia y para contento de localismos trasnochados, bien pudiéramos rebautizar la toponimia oficial como ría del Eo, del Suarón, del Fornelo, del Grande y de los "grandes expresos europeos", como diría mi querido Pepe Parga.

La contumacia del Gobierno asturiano en su afán de modificar la toponimia carece de todo argumento histórico o geográfico. Además no tiene competencia para hacerlo. Obedece exclusivamente a calenturientas ensoñaciones localistas de seudo intelectuales o politiquillos, que se cuentan con los dedos de una mano, a los que la sociedad ribadense nunca prestó atención ni concedió importancia, pero a los que va llegando el momento de responder contundentemente por parte del Ayuntamiento y de la Xunta de Galicia, fijando su posición definitiva sobre este diferendo, sin dejar lugar a dudas.

El Instituto Geográfico Nacional, máximo organismo sobre toponimia oficial, en su reconocido Mapa 1: 50.000, de obligada referencia, denomina al estuario donde desemboca el río Eo, como ría de Ribadeo. En un trabajo de Gonzalo Anes, director de la Real Academia de la Historia, asturiano de Trelles-Coaña, confirma que en las colecciones de mapas de la Academia hay una amplia muestra de aquella denominación y cita, en el mismo sentido, el Atlas Marítimo de España de Vicente Tofiño (1789) o el Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal, de Sebastián Miñano, tomo III (1826), que al describir el río Eo señala su condición de divisoria asturgalaica "por espacio de tres leguas y media formando la ría de Ribadeo, a cuyo extremo está la villa de este nombre que es la primera de Galicia por aquella parte". Pascual Madoz, en su Diccionario, tomo XIII 1849, dice literalmente: "Al llegar al lugar y barca de Porto desemboca en la ría de Ribadeo".

En la Carta Xeométrica de Galicia de Domingo Fontán (1854), primer mapa de Galicia elaborado con métodos científicos, también se recoge el estuario donde desemboca el río como ría de Ribadeo y la misma denominación utiliza Otero Pedrayo en su Historia de Galiza, Editorial Nós, Tomo I pág. 145 (donde figura el mapa que ilustra esta página), al describir la rasa mariñana lucense. También el Servicio Geográfico del Ejército, en la Cartografía Militar de España, Mapa General 1: 50.000 L Ribadeo 9-3 (10) dice ría de Ribadeo.

Confirman lo anterior las cartas náuticas nacionales y extranjeras que siempre prestaron especial atención al portulano ribadense para mejor guiar la entrada en la ría entre Arnao y Las Carrallas. El Instituto Hidrográfico de la Marina sigue suministrando su carta 407 de la ría de Ribadeo y también está vigente la número 1096 del Almirantazgo Británico (Admiralty Charts), de reconocido prestigio y utilización por los marinos de todo el mundo. Los navegantes saben bien dónde está la ría de Ribadeo, pero ignoran la situación de la ría del Eo, hoy sólo en la imaginación calenturienta de unos pocos. Y la ignoran, pura y simplemente, porque no existe.

En La Comarca leo que el Gobierno gallego "no descarta denominar ría del Eo al estuario ribadense" y que el director general de Promoción Lingüística del Principado anunció en Vegadeo que en la "inminente revisión toponímica de Castropol y Vegadeo se hará oficial el topónimo ría del Eo". No creo que la Xunta de Galicia cometa el gravísimo error de admitir la modificación del topónimo ribadense, que viene avalado por la tradición y por la historia, pues todas las rías llevan el nombre de la población más importante de su ribera. Así, la ría es de Vigo y no del Verdugo; de Vilagarcía y no del Ulla; de A Coruña o de Ferrol y no del Mero o del Xubia; de Viveiro o Foz y no del Landro o Masma; de Avilés, Ribadesella o Bilbao y no del Alcores, del Nalón o del Nervión. Por todo ello creo totalmente innecesario el pronunciamiento de la Comisión de Toponimia de la Xunta, pues no puede ser otro que el de la confirmación de ría de Ribadeo. Cualquier otra denominación carecería de rigor legal, histórico y consuetudinario. Y si el Gobierno asturiano comete la tropelía anunciada, tanto Xunta como Ayuntamiento de Ribadeo, actuando al unísono, deben recurrir a las instancias correspondientes para evitar esta ingerencia inadmisible.

Esta "aldeanada" de ría del Eo creo que nace en Madrid en reuniones de los Amigos del Eo, en la nostalgia de la tierra lejana. Todo apunta que allí, entre algunos, se coció el fermento localista de la reivindicación que el Gobierno asturiano asumió como propia. En mi infancia y juventud ribadense la convivencia entre los pueblos de la ría era perfecta. Sólo se quebraba en los encuentros de fútbol entre Ribadeo y Vegadeo que ni el propio Escartín conseguía controlar. En los campeonatos del occidente asturiano nuestro paso por Vegadeo entrañaba peligro. Pero fuera de esto, el Instituto de Ribadeo forjó entre nosotros una amistad verdadera que se mantuvo siempre. Desde Tapia y Barres, pasando por Figueras, Castropol, Vegadeo y Puentenuevo acudían los jóvenes de la comarca cruzando la ría que, entonces, nadie consideraba del Eo. En la Escuela de Náutica y Comercio de Ribadeo, también desaparecida, se formaron capitanes de Ribadeo, Figueras, Castropol y occidente astur que tanto prestigio alcanzaron en las mejores navieras europeas. Sólo ahora cuando surgen reivindicaciones partidarias, hasta entonces irrelevantes, se rompe aquel clima de concordia. Las gentes de la ría constituíamos una unidad social y económica consciente de la suerte común en torno a la ría, que siempre unió y nunca separó, hasta que la política de campanario provocó una Resolución de Gobernación, fijando la linde entre Galicia y Asturias en la mediana de la ría, partida artificialmente en dos.

Esta actitud reivindicativa del Gobierno asturiano se manifestó también por su oposición a los rellenos portuarios en la ribera ribadense. Y no les faltaba razón, pues fueron realizadas sin respeto alguno al litoral ni a los canales que las fuertes corrientes modifican por obras cuya repercusión no se valora previamente. Pero donde el ridículo alcanza límites inenarrables es en la cuestión idiomática tras la que sospecharon una actitud colonizadora de la Xunta gallega.

Bien es sabido que con anterioridad al trazado de Nueva Planta de Felipe V, Galicia alcanzaba por Asturias hasta el Navia, por León hasta la comarca del Bierzo y por Zamora hasta Sanabria. Se trata de una realidad histórica contra la que nada pueden las imposiciones administrativas ni políticas. El habla, "A Fala", como dicen de la del occidente de Asturias, es del pueblo y es precisamente el pueblo quien la cultiva y mantiene como patrimonio propio. Y "A Fala" del occidente astur es gallego, con sus modismos y con sus variantes, pero esencialmente gallego, incluso más puro en algunos términos que el propio gallego normativo. Don Dámaso Alonso estudió el gallego de los Oscos, que aconsejo repasar para ilustración general. En la toponimia de la zona está presente el gallego frecuentemente: Figueras es para todos, gallegos y asturianos, "As Figueiras" y Vegadeo "A Veiga", sin que por ello nadie renuncie, antes al contrario, de su condición gallega o asturiana, que el hecho fronterizo refuerza todavía más.

Es necesario proyectar sensatez sobre los fervorines localistas y acatar la realidad idiomática, histórica y geográfica. En todo ello, a ambos gobiernos cabe una tarea común de entendimiento constructivo trabajando por el progreso cultural y económico de ambos territorios limítrofes. Ahí es donde deben volcar esfuerzos y por lo que hace a la Xunta de Galicia considerar la situación de Ribadeo necesitado de impulso oficial en el campo judicial, sanitario, marítimo y de localización industrial y comercial, aún hoy sin un polígono de asentamiento. Una reunión del Gobierno gallego en Ribadeo podría hacer realidad tantas esperanzas. No dudo que sería bien recibido.

El Correo Gallego, 23/04/2006

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